lunes, 22 de agosto de 2011
Las carpas
"Es un momento histórico, una revolución", me dijo mi prima Noa.
Chicas pintando, vegetarianos, bibliotecas, sillones, adolescentes fumando hashish, películas en pantalla gigante, mini recitales de música árabe... Una noche en el boulevard Rotschild, en Tel Aviv.
Noa me contó que había una chica que estaba cansada de no llegar a fin de mes. Los precios en esta ciudad son de verdad altos, los alquileres parecen inalcansables y la gente trabaja muchas horas."Ella vino con su carpa, se instaló y ahora para los demás es el Che Guevara".
También se sumaron los médicos, que reciben sueldos bajísimos.
Según Haaretz la desigualdad social en Israel creció en los últimos tiempos y es causa de inversiones erróneas (en asentamientos, instituciones ortodoxas, etc.) y el enriquecimiento desenfrenado de Netanyahu y sus compinches.
Según mi prima, la contracara de la protesta, "el baño de la revolución" (como me dijo ella), es que se suman todos los que pueden: militantes por el tratamiento ético de animales, turistas que no quieren pagar un hotel, entre otros. También hay carteles que dicen "Palestinos al poder".
Este movimiento no tiene representación alguna en el gobierno, vino del pueblo.Se hizo eco en muchas ciudades del país y hay manifestaciones constantes.
"Sacá fotos, es tiempo de cambios".
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