Nunca se confirmó el lugar donde nació en 1914 Juan Ramón Duarte, el hermano mayor de Eva Perón, pero se estima que fue en el campo La Unión, a 60 kilómetros del pueblo bonaerense Junín.
En 1930, la familia se radicó en Junín y Juancito, como solían llamarlo, dejó los estudios y comenzó a trabajar para convertirse en el sostén de la familia.
Cuatro años más tarde emigró a Buenos Aires y Eva lo siguió después. Juan daba albergue y cuidaba de su adolescente hermana mientras ella buscaba triunfar como actriz.
Esta situación se revirtió en 1944, cuando Eva conoció y se casó con el presidente Juan Domingo Perón. Juancito fue nombrado su secretario privado y encontró en el primer mandatario una estricta figura paterna.
Duarte también tuvo negocios en el cine: adquirió acciones de varias empresas relacionadas y desde el Gobierno impulsó siempre la industria cinematográfica.
Con todo el poder que conllevaba ser el hermano de la primera dama, Juan potenció su cualidad de hombre de la noche. Conocido por sus constantes aventuras con mujeres del ambiente del espectáculo, mantuvo relaciones oficiales con dos actrices: Elina Colomer y Fanny Navarro.
Duarte vivía una vida de derroche, milonga y sexo. Se pasaba las noches en su palco permanente del famoso salón de tango Tabarís junto a sus amigos, entre los cuales estaba el futuro presidente de la Nación, Héctor Cámpora.
Siempre fue compinche de su hermana Eva, pero ella también le reprochaba su devoción por la noche y las mujeres.
El 26 de julio de 1952 murió Evita de cáncer. Su hermano comenzó a ver como su poder iba desapareciendo, junto con la confianza de Perón en él.
Señalado siempre como la cara visible de la corrupción peronista, una investigación sobre irregularidades en la exportación de carne y la importación de autos lo llevaron a renunciar de su puesto como Secretario. Días más tarde Perón declaró: “Aunque sea mi propio padre irá preso, porque robar al pueblo es traicionar a la Patria”.
A pocos días del discurso de su cuñado, el 9 de abril de 1953, Juan Duarte apareció muerto con un disparo en la cabeza. Junto a su cuerpo encontraron una carta dirigida al Presidente. Oficialmente se declaró que había sido un suicido, pero miembros de la oposición manifestaron que Perón lo había mandado a matar.
Uno de los jefes antiperonistas pertenecientes al golpe que había derrocado al gobierno de Perón en 1955, exhumó los restos de Juan y le cortó la cabeza, que más tarde exhibió en su oficina como muestra de que había sido asesinado.
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